Cuando
caminas, cuando comes, cuando duermes, en realidad, a todas horas.
Incluso en el momento más pausado del día, en ese instante en el que
estás totalmente relajado y todo parece estar tranquilo, en tu interior
se está desarrollando una batalla campal en la que asesinos natos se
destruyen en una guerra de la que depende tu salud.
Por suerte, en tus filas cuentas con soldados bien entrenados, muchos
de ellos nacidos para matar, aniquilar y destruir sin contemplaciones
casi cualquier amenaza que se te presente.
Entre este batallón defensivo se encuentran los Linfocitos T,
uno de los múltiples tipos de glóbulos blancos que tiene nuestro
sistema inmunitario y que nos protege de agentes agresivos y peligrosos.
Son una de nuestras más valiosas armas y se comportan sin piedad
atacando cualquier amenaza.
Esta semana, y gracias a la grabación mediante microscopía láser,
hemos sido testigos de un espectacular vídeo en el que podemos ver a uno
de estos guardianes de nuestra integridad, atacar y destruir sin
miramientos una célula cancerosa.
Las imágenes las ha captado un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge y muestran a un leucocito T (la célula verde del vídeo) en plena batalla contra una célula peligrosa (en azul). Para ver el proceso con más detalle han acelerado el vídeo unas 92 veces.